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22 sept 2012

Recursos Ecológicos





                                                                                                                                                                    Acolchado:
Es un sistema rentable para mantener la humedad en la huerta. Consiste en cubrir la base de las plantas con paja o hierbas secas, de tal manera que las regadas duran mucho más que si la tierra está expuesta al sol. Este sistema tiene muchas ventajas: se disminuye la cantidad de agua para regar al minimizar la evaporación, se reduce al mínimo el crecimiento de plantas no deseadas, el sol no endurece la capa superior de la tierra, protege las bacterias de la radiación solar y el acolchado sirve como abono al desintegrarse.





Asociaciones:
Una asociación de diversas plantas es favorable, cuando al cultivarlas juntas o muy cercanas unas de otras se protegen y se benefician mutuamente en su crecimiento.
Este tipo de asociaciones se conoce y practica desde antiguo. Un ejemplo es el cultivo combinado de judías, maíz y calabazas, utilizado ya en América en la época precolombina, donde las plantas de judías quedan enramadas en las matas de maíz.
La presencia de una buena variedad de flores en el huerto, atraerá a insectos y abejas, que polinizarán y aumentarán la cosecha.
Las ventajas de la práctica de la asociación de cultivos son importantes, llegando incluso a incrementar el rendimiento entre un 50% y un 100% e incluso más.
Además, no sólo reduce sensiblemente los ataques de parásitos , sino que el uso de tierra, suelo y agua se optimiza al combinar plantas de raíces de crecimiento horizontal, con otras que hunden sus raíces a bastante profundidad; plantas rastreras, con otras que crecen a lo alto; plantas a las que les afecta el sol, con otras que lo buscan y les proporcionan sombra.
Pero no hay que olvidar, que al igual que existen asociaciones favorables, también existen las desfavorables. Un ejemplo es la salvia, que debe plantarse alejada del huerto horticultor, puesto que inhibe el desarrollo de numerosas hortalizas.
También hay que decir que una asociación puede resultar muy buena en una región y no serlo en otra, por lo que lo mejor es dejarse guiar por la observación y la propia experiencia.

Las rotaciones:
En un ecosistema natural, la diversidad de especies de plantas y animales que viven en él asegura la fertilidad. En un huerto podemos caer en el error de intentar simplificar el trabajo reduciendo las especies cultivadas a unas pocas,  incluso haciendo monocultivo: una sola planta cultivada año tras año sobre el mismo terreno. Esto termina siendo nefasto para el equilibrio biológico del suelo debido a que cada planta absorbe preferentemente de la tierra algunos tipos de nutrientes. La escasa rotación de cultivo ocasiona que haya más parásitos y enfermedades.
 
La rotación consiste en alternar en la misma zona del huerto plantas distintas. Pocas especies pueden ser plantadas en la misma parcela en sucesivas ocasiones (cebolla, lechuga) sin presentar graves problemas. En cambio, otras son muy sensibles y pronto aparecen los problemas de desarrollo, como ocurre con las acelgas y las patatas.
En las rotaciones beneficiosas las plantas que suceden al cultivo precedente se benefician directamente del mismo, por los nutrientes no consumidos o por la estructura en que ha dejado el suelo, como ocurre en las parcelas donde han crecido leguminosas (habas, guisantes). Un ejemplo de rotación es el cultivo de tomate, muy exigente en el abonado (nitrógeno), seguido por lechuga, y ésta por zanahoria, nabo o rábano; posteriormente se siembra alguna leguminosa y después de la cosecha se estercola y se puede instalar otra planta exigente como berenjena, pimiento o incluso de nuevo tomate.
También se pueden realizar cultivos intercalados, como asociaciones favorables, por ejemplo líneas de lechugas entre tomates o habas entre alcachofas.

Fitosanitarios naturales:
A la hora de tratar diversos problemas en el huerto, como plagas o enfermedades diversas, nos enfrentamos al reto de como combatirlas sin el uso de pesticidas y herbicidas químicos. Es en esta área donde los fitosanitarios juegan un papel importante, tratando plagas y enfermedades con sustancias naturales.
Debemos tomar conciencia de los recursos naturales que nos ofrece la propia naturaleza para solucionar este tipo de problemas y no echar mano de pesticidas, herbicidas y fungicidas que a la larga tan solo producen daños irreparables para la productividad de la tierra y la salud humana.
Podemos encontrar en las plantas medicinales muchas soluciones a plagas y otro tipo de problemas que afectan al huerto, ya sea a las plantas, hortalizas y vegetales o a los árboles.
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