Por: Jossie Pérez/ Periodista Ambientalista.
Se denomina energía renovable
a la energía que se obtiene de fuentes naturales virtualmente
inagotables, unas por la inmensa cantidad de energía que contienen, y
otras porque son capaces de regenerarse por medios naturales.
Una energía alternativa, o más precisamente una fuente de energía alternativa es aquella que puede suplir a las energías o fuentes energéticas actuales, ya sea por su menor efecto contaminante, o fundamentalmente por su posibilidad de renovación.
El
consumo de energía es uno de los grandes medidores del progreso y
bienestar de una sociedad. El concepto de "crisis energética" aparece
cuando las fuentes de energía de las que se abastece la sociedad se
agotan. Un modelo económico como el actual, cuyo funcionamiento depende
de un continuo crecimiento, exige también una demanda igualmente
creciente de energía. Puesto que las fuentes de energía fósil y nuclear
son finitas, es inevitable que en un determinado momento la demanda no
pueda ser abastecida y todo el sistema colapse, salvo que se descubran y
desarrollen otros nuevos métodos para obtener energía: éstas serían las
energías alternativas.
En conjunto con lo anterior se tiene también que el abuso de las energías convencionales actuales hoy día tales como el petróleo la combustión de carbón entre otras acarrean consigo problemas de agravación progresiva como la contaminación, el aumento de los gases invernadero y la perforación de la capa de ozono.
La
discusión energía alternativa/convencional no es una mera clasificación
de las fuentes de energía, sino que representa un cambio que
necesariamente tendrá que producirse durante este siglo. Es importante
reseñar que las energías alternativas, aun siendo renovables, también
son finitas, y como cualquier otro recurso natural tendrán un límite
máximo de explotación. Por tanto, incluso aunque podamos realizar la
transición a estas nuevas energías de forma suave y gradual, tampoco van
a permitir continuar con el modelo económico actual basado en el
crecimiento perpetuo. Es por ello por lo que surge el concepto del Desarrollo sostenible.
Dicho modelo se basa en las siguientes premisas:
- El uso de fuentes limpias, abandonando los procesos de combustión convencionales y la fisión nuclear.
- La explotación extensiva de las fuentes de energía, proponiéndose como alternativa el fomento del autoconsumo, que evite en la medida de lo posible la construcción de grandes infraestructuras de generación y distribución de energía eléctrica.
- La disminución de la demanda energética, mediante la mejora del rendimiento de los dispositivos eléctricos (electrodomésticos, lámparas.
- Reducir o eliminar el consumo energético innecesario. No se trata sólo de consumir más eficientemente, sino de consumir menos, es decir, desarrollar una conciencia y una cultura del ahorro energético y condena del despilfarro.
La producción de energías limpias, alternativas
y renovables no es por tanto una cultura o un intento de mejorar el
medio ambiente, sino una necesidad a la que el ser humano se va a ver
abocado, independientemente de nuestra opinión, gustos o creencias.
Clasificación:
Las fuentes renovables de energía pueden dividirse en dos categorías: no contaminantes o limpias y contaminantes. Entre las primeras:
Las contaminantes se obtienen a partir de la materia orgánica o biomasa, y se pueden utilizar directamente como combustible (madera u otra materia vegetal sólida), bien convertida en bioetanol o biogás mediante procesos de fermentación orgánica o en biodiésel, mediante reacciones de transesterificación y de los residuos urbanos.
Las
energías de fuentes renovables contaminantes tienen el mismo problema
que la energía producida por combustibles fósiles: en la combustión
emiten dióxido de carbono, gas de efecto invernadero, y a menudo son aún más contaminantes puesto que la combustión no es tan limpia, emitiendo hollines
y otras partículas sólidas. Se encuadran dentro de las energías
renovables porque mientras puedan cultivarse los vegetales que las
producen, no se agotarán. También se consideran más limpias que sus
equivalentes fósiles, porque teóricamente el dióxido de carbono emitido
en la combustión ha sido previamente absorbido al transformarse en materia orgánica mediante fotosíntesis.
En realidad no es equivalente la cantidad absorbida previamente con la
emitida en la combustión, porque en los procesos de siembra,
recolección, tratamiento y transformación, también se consume energía,
con sus correspondientes emisiones.
Además, se puede atrapar gran parte de las emisiones de CO2 para alimentar cultivos de microalgas/ciertas bacterias y levaduras
(potencial fuente de fertilizantes y piensos, sal (en el caso de las
microalgas de agua salobre o salada) y biodiésel/etanol respectivamente,
y medio para la eliminación de hidrocarburos y dioxinas
en el caso de las bacterias y levaduras (proteínas petrolíferas) y el
problema de las partículas se resuelve con la gasificación y la
combustión completa (combustión a muy altas temperaturas, en una
atmósfera muy rica en O2)
en combinación con medios descontaminantes de las emisiones como los
filtros y precipitadores de partículas (como el precipitador Cottrel), o
como las superficies de carbón activado.
También se puede obtener energía a partir de los residuos sólidos urbanos y de los lodos de las centrales depuradoras y potabilizadoras
de agua. Energía que también es contaminante, pero que también lo sería
en gran medida si no se aprovechase, pues los procesos de pudrición de
la materia orgánica se realizan con emisión de gas natural y de dióxido de carbono.
Impacto ambiental:
Todas las fuentes de energía producen algún grado de impacto ambiental. La energía geotérmica puede ser muy nociva si se arrastran metales pesados y gases de efecto invernadero
a la superficie; la eólica produce impacto visual en el paisaje, ruido
de baja frecuencia, puede ser una trampa para aves. La hidráulica menos
agresiva es la minihidráulica ya que las grandes presas provocan pérdida de biodiversidad, generan metano por la materia vegetal no retirada, provocan pandemias como fiebre amarilla, dengue, equistosomiasis en particular en climas templados y climas cálidos, inundan zonas con patrimonio cultural o paisajístico, generan el movimiento de poblaciones completas, entre otros Asuán, Itaipú, Yaciretá y aumentan la salinidad de los cauces fluviales. La energía solar se encuentra entre las menos agresivas salvo el debate generado por la electricidad fotovoltaica respecto a que se utiliza gran cantidad de energía para producir los paneles fotovoltáicos
y tarda bastante tiempo en amortizarse esa cantidad de energía. La
mareomotriz se ha discontinuado por los altísimos costos iniciales y el
impacto ambiental que suponen. La energía de las olas junto con la energía de las corrientes marinas
habitualmente tienen bajo impacto ambiental ya que usualmente se ubican
en costas agrestes. La energía de la biomasa produce contaminación
durante la combustión por emisión de CO2 pero que es reabsorbida por el crecimiento de las plantas cultivadas y necesita tierras cultivables
para su desarrollo, disminuyendo la cantidad de tierras cultivables
disponibles para el consumo humano y para la ganadería, con un peligro
de aumento del coste de los alimentos y aumentando la producción de monocultivos.
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